
Escuchar día 16
Historia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
Fragmento
En 1587 el Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, don Fray Luis Zapata de Cárdenas, levanto información jurada de los milagros concedidos por la Santísima Virgen y dispuso que se edificara un templo a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. En 1588 se dio principio a la obra. En dicho evento estuvo presente el Presidente del Reino, Antonio González. El 05 de Enero de 1589 se presenció una niebla luminosa que envolvió el cuadro renovado, esto fue presenciado por varios testigos, y quedó por tanto documentado.
Recordemos cuantas veces nos hemos acercado a Dios solo para pedir milagros y poco para agradecerle. Sin embargo, y a pesar de nuestras ofensas hacia Dios, él siempre está ahí para nosotros. Así como le construyeron un bello templo a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, debemos construir en nuestra alma un templo para Dios, sacando toda la suciedad o superficialidad que haya en nosotros para darle una morada digna de su presencia.

Petición: Santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá, fortalece nuestra fe, hazla sincera y no interesada; llévanos a buscar la verdadera devoción a tu amado Hijo, para que cada día seamos ejemplo de su mensaje.
Jaculatoria: Pues eres de los pecadores, el consuelo y la alegría ¡Oh Madre clemente y pía, escucha nuestros clamores!
Conocer a Dios para conocerse a sí mismo
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, núm. 228
(Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, núms. 81 y 82 de San Luis María Grignion de Montfort)
Durante la primera semana dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados, y todo lo harán con espíritu de humildad. Podrán meditar lo que he dicho sobre nuestro mal fondo y no se considerarán en los seis días de esta semana, más que como: caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes, animales inmundos; o bien meditarán estas tres palabras de San Bernardo: Piénsalo que fuiste, semen pútrido; lo que eres, vaso de estiércol; lo que serás, cebo de gusanos. Rogarán a Nuestro Señor y al Espíritu Santo que les ilumine por estas palabras: Señor, que yo vea; Señor, que me conozca; Ven Espíritu Santo, y recitarán todos los días el Ave Maris Stella, y las letanías de la Santísima Virgen o del Espíritu Santo.
Recurrirán a la Santísima Virgen, pidiéndole esta gracia, que debe ser el fundamento de las otras, y para ello dirán todos los días el Ave Maris Stella y las letanías.
De la consideración de sí mismo. (Imitación de Cristo. L2, Cap. 5)
No debemos confiar de nosotros grandes cosas, porque muchas veces nos falta la gracia y la discreción. Poca luz hay en nosotros, y presto la perdemos por nuestra negligencia. Y muchas veces no sentimos cuán ciegos estamos en el alma.
Muchas veces también obramos mal, y lo excusamos peor. A veces nos mueve la pasión, y pensamos que es celo. Reprendemos en los otros las cosas pequeñas, y tragamos las graves si son nuestras.
Muy presto sentimos y agravamos lo que de otros sufrimos, mas no miramos cuánto enojamos a los otros. El que bien y rectamente examinare sus obras, no tendrá que juzgar gravemente las ajenas.
Meditación enfocada en nuestra realidad colombiana
- Humildemente debemos buscar conocernos a nosotros mismos a la luz de Dios. Es decir contrastar nuestra vida con la de Jesucristo, nuestras acciones con las suyas. ¿Nos comportamos como Él? Implementamos sus enseñanzas? ¿De verás somos sus discípulos?
- Tenemos que mirar cuáles son nuestros comportamientos, acciones recurrentes, defectos de carácter, cuáles son nuestras virtudes y nuestros vicios o malos hábitos, de qué debemos confesarnos más a menudo, qué falencias nos señalan las personas que nos conocen, entre otros. Muchas veces minimizamos nuestros errores y maximizamos los de los demás. Señalamos sin misericordia al prójimo sin previamente examinarnos.
- Antes de evaluarnos debemos pedir luz al Espíritu Santo, pues muchas veces nos justificamos en nuestro mal actuar y somos ciegos para ver nuestros errores y defectos. Cuánto más esté el alma en gracia más dócil podrá ser para ver sus imperfecciones pequeñas y grandes a los ojos de Dios.
- El conocer es para enmendarnos y por eso se pide hacer este ejercicio respecto a las oscuridades que tenemos, ahí es donde debe darse conversión en nosotros, éste es el fin de este ejercicio: identificar y quitar lo malo en mí para poder limpiarme en mi camino hacia Cristo a través de María.
ORACIONES
A REZAR LUEGO DE LAS MEDITACIONES LOS DÍAS 1º AL 12º
Señor, Ten piedad de nosotros.
Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo, Ten piedad de nosotros.
Cristo, Ten piedad de nosotros
Señor, Ten piedad de nosotros.
Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,
Ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación aleteabas las aguas y las fecundaste,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu por cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que das testimonio de Cristo,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que fecundas a María,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de Dios que habitas en nosotros,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de sabiduría y entendimiento,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de consejo y fortaleza,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de ciencia y piedad,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de temor del Señor,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de gracia y misericordia,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de humildad y castidad,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de benignidad y mansedumbre,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de gracia multiforme,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu en el cual renacemos,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
Ten piedad de nosotros.
Senos propicio,
Perdónanos, Señor.
Senos propicio,
Escúchanos, Señor.
De todo mal,
Líbranos Señor.
De todo pecado,
Líbranos Señor.
De las tentaciones e insidias del diablo,
Líbranos Señor.
De toda presunción y desesperación,
Líbranos Señor.
De la resistencia a la verdad conocida,
Líbranos Señor.
De la obstinación y de la impenitencia,
Líbranos Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo,
Líbranos Señor.
Del espíritu de fornicación,
Líbranos Señor.
De todo espíritu malo,
Líbranos Señor.
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Líbranos Señor.
Por la concepción de Jesús, hecha por tu operación,
Líbranos Señor.
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,
Líbranos Señor.
Por tu advenimiento sobre los discípulos,
Líbranos Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu,
Te rogamos, óyenos.
Para que, recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos,
Te rogamos, óyenos.
Para que, viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la carne,
Te rogamos, óyenos.
Para que por el espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Te rogamos, óyenos.
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,
Te rogamos, óyenos.
Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz,
Te rogamos, óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu,
Te rogamos, óyenos.
Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios,
Te rogamos, óyenos.
Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud,
Te rogamos, óyenos.
Para que nos confirmes por tu espíritu soberano,
Te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Oremos:
Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,
Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Ten piedad de nosotros.
Santa María, Ruega por nosotros (emplear esta respuesta de ahora en adelante).
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Salve, estrella del mar, Madre santa de Dios y siempre Virgen, feliz puerta del cielo.
Aceptando aquel «Ave» de la boca de Gabriel, afiánzanos en la paz al trocar el nombre de Eva.
Desata las ataduras de los reos, da luz a quienes no ven, ahuyenta nuestros males, pide para nosotros todos los bienes.
Muestra que eres nuestra Madre, que por ti acoja nuestras súplicas Quien nació por nosotros, tomando el ser de ti.
Virgen singular, dulce como ninguna, líbranos de la culpa, haznos dóciles y castos.
Facilítanos una vida pura, prepáranos un camino seguro, para que viendo a Jesús, nos podamos alegrar para siempre contigo.
Alabemos a Dios Padre, glorifiquemos a Cristo soberano y al Espíritu Santo, y demos a las Tres personas un mismo honor. Amén.
PRÁCTICA:
Durante ésta semana voy a pedir al Espíritu Santo que me ilumine para conocerme a mi mismo, anotar las cosas que identifique. Así mismo, pedir a la Santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá que así como ella renovó su imagen en el lienzo, yo pueda renovar mi vida, quitando de mí esos pecados, imperfecciones, faltas recurrentes y defectos.
Jaculatoria: Pues eres de los pecadores, el consuelo y la alegría ¡Oh Madre clemente y pía, escucha nuestros clamores!